jueves, 30 de abril de 2009

La especulación bursátil


EE.UU. lideraba la economía a nivel mundial, y de ella dependían las demás economías, tras haber sustituido a Gran Bretaña una vez acabada la Primera Guerra Mundial.

Muchos factores hicieron falta coincidir para desembocar en una gran crisis, La Depresión de los años 30, sobretodo después de una década de esplendor, donde la economía mundial estaba experimentando grandes avances.

La mayoría de empresas estaban obteniendo grandes ingresos y, para maximizar sus beneficios, invertían en Bolsa.

El republicano Hoover fue elegido presidente en 1928. Éste, impulsó a que las familias también invirtieran sus ahorros. La población estadounidense, llamada por los grandes beneficios y el buen ritmo de la Bolsa, se decidió a invertir. En ello influyó la propaganda favorable a dicha especulación, magnificada por la radio, el nuevo medio de comunicación.

La banca también se vio favorable a facilitar a las familias invertir su ahorro en Bolsa. Los pagos fraccionados, la facilidad con que se obtenían los créditos, el aumento del consumo de bienes duraderos…a finales de los años 20, la mayoría de la población vivía por encima de sus posibilidades. El ahorro no estaba en la mente de ningún ciudadano, y eso hizo que se contagiaran las ganas de especular, hasta que llegó el momento en que era imposible que se sostuviera.

Algunos economistas ya preveían que se avecinaba una gran crisis financiera, ya que las cotizaciones bursátiles eran excesivas. Sin embargo, la población sólo se fijaba en los altos rendimientos de sus inversiones. Finalmente se desencadenó el crack del ’29 desplomándose la economía tanto estadounidense como la de las seguidoras, las cuales estaban endeudadas por encima de sus capacidades.

Opino que si por ejemplo EEUU no hubiera liderado la economía mundial y lo hubiera seguido haciendo Gran Bretaña, no se hubiera desencadenado dicha crisis en los años 30, ya que G.B. estaba más preparada para liderar como potencia mundial como lo hizo durante la R.I.

Por otro lado, en EEUU se impulsó a la población a especular. Esto vino dado por la elección del republicano Hoover como presidente, el cual era favorable al mundo de los negocios. A su vez, los empresarios decidieron maximizar sus beneficios al máximo invirtiendo su capital, en lugar de incrementar los salarios de sus trabajadores para así aumentar el consumo.

Los trabajadores vivían por encima de sus posibilidades, aumentando su consumo gracias a la concesión de préstamos de la banca y a la facilidad de consumo debido a los pagos fraccionados. Por ese motivo, las familias se vieron impulsadas a invertir todos sus ahorros en Bolsa, ya que los medios de comunicación eran favorables. Si la banca no hubiera permitido la concesión de créditos a todas las familias, o los empresarios no hubieran aceptado los términos de pagos fraccionados, los ahorros y el total invertido por parte de los trabajadores hubiera sido nulo.

El crack del ’29 parece que no fue suficiente para darnos cuenta que los excesos son malos y que todas las economías, por muy bien que vayan, tienen unos límites. No podemos especular sin tener en cuenta los ciclos propios de la economía.

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